canción que el querido Rafael me pidió que la colocara para que la escuchen
mientras leen el mensaje. ¡Dios los bendiga!
ustedes han esperado por tanto tiempo: el momento del regreso. Este viaje los
ha puesto al tanto de todo lo que sucede en las dimensiones más bajas, donde
solamente experimentando es que podrán saber qué le pasaba a muchas almas que descendían
hasta esos lugares y se demoraban tanto para subir de vuelta.
¡Oh sí! ángeles míos, ustedes han tenido mucho coraje al descender para saber y
experimentar todo lo que los reinos más bajos pueden proporcionar como
aprendizaje. ¡Ustedes fueron y lo lograron! Son un maravilloso ejemplo. No hay nada que no puedan hacer, que no
logren manifestar cuando se encuentran en un estado de amor profundo, como
están ahora. Sé que ustedes están sorprendidos con el tamaño del amor que están
descubriendo dentro de sí mismos, o mejor, redescubriendo, porque él siempre ha
estado allí, siempre ha querido manifestarse en su totalidad.
¡Ustedes han madurado queridos y mucho! ¿Quieren una prueba? Diariamente, ven
algunas personas que reclaman de sus dolores y de sus dificultades, las ven
tristes y sin esperanza, y en este momento ¿qué hacen? Sí, ¿ustedes las
consuelan, les hacen ver lo mejor que ellas tienen, les dicen que esto o
aquello no es el fin? Ustedes, como ejemplo vivo de sobrevivencia aquí, ¿son el espejo para que ellas se vean y así
vean también que ustedes lo han logrado?
¿Y por qué ellas no lo han logrado?
Hay muchos preguntas sobre ustedes queridos, muchas… “¿Por qué él/ella es
así, tan fuerte, nada lo derriba, es siempre seguro y tiene siempre algo bueno
para decir y estimular, por qué?”
¿Se dan cuenta queridos, que ustedes están despertando en esas personas el
deseo de levantarse, de volver a ser lo que siempre han sido? “SEÑORES DE SUS
VIDAS”.
Por lo tanto, mis nobles almas, mis ángeles benditos, cuiden todos los días del
espejo que son. Límpienlo diariamente
con buenos ejemplos y sean siempre pacientes con todos aquellos que están a su
alrededor.
Ustedes, mis dulces ángeles, son los puentes entre muchas personas, ¡nunca se
olviden de eso! Ustedes, ángeles míos, son esos puentes que Dios, sabiendo que
no sería una tarea fácil, colocó donde están y haciendo lo que están
haciendo. Ser un puente queridos,
implica resistir las tempestades, los vientos fuertes, la ingratitud, el peso
excesivo… pero siempre estarán allí, siendo un puente, un lindo puente,
fieles a lo que son y a lo que vinieron a hacer: UNIR.
En situaciones donde las palabras no “surten” más efecto, manténganse en
silencio y envíen vuestro amor; les garantizo que esa poderosa intención de:
“Mi hermano, sea feliz, quiero verte feliz, abandona ese estado de inferioridad
y malestar, abandona esa idea de que el mundo está equivocado y tú estás
correcto, Dios te ama y quiere verte bien, porque tú tienes el poder para
transformar todo eso”.
Sólo ess intención enviada como un chorro de amor es suficiente.
Le he pedido a Gabriel que les entregue una canción que deseo mostrarles en
este momento…
Y el sonido que irá a penetrar en vuestras almas, los abrazaré a todos, dejando
mi cariño y enviándoles mi chorro de amor…
Hijos míos, mis queridos hermanos, los bendigo, creo en cada uno de ustedes,
conozco las dificultades que una vida en las dimensiones más bajas implica, así
como sé de vuestro potencial.
¡Ánimo, mis jóvenes ángeles, ánimo! Falta poco para que este largo viaje
acabe. El regreso a casa es inminente,
confíen en ustedes mismos, en lo que el amor de Dios puede proporcionar. Él conoce vuestros dolores, sabe que ustedes
pueden amarlos lo suficiente para que ellos simplemente retornen a las
vibraciones más altas. Porque, ángeles míos, ¡Oh sí…! porque vuestros dolores
son consciencias necesitadas de amor y sólo ustedes pueden darles amor, sólo
ustedes. Hagan eso y permitan que
vuestros dolores regresen también a casa.
Les amo incondicionalmente, más allá de cualquier idea que puedan tener sobre
el amor en este momento, les amo por sobre todo eso.
Soy vuestro hermano, Rafael.
Gabriel: ¡Gracias mi dulce hermano…! (Lágrimas…)
Email: fmontaldolara@gmail.com